Antonio Garrigues Walker, reputado abogado, político liberal y colaborador de numerosas organizaciones internacionales, es un clásico de Sotogrande en muchos sentidos. Aunque no tiene su residencia permanente aquí, este lumbrera conmemorado recientemente en Fuera de Serie, la publicación de lujo del periódico Expansión, es propietario de una vivienda de vacaciones en este rincón privilegiado del sur de España desde los comienzos de la urbanización y pertenece a un pequeño grupo de personas que creyó en la visión del fundador de Sotogrande, Joseph McMicking.
Fascinado por la zona, ha tenido aquí una casa desde entonces, incluso cuando sus numerosas actividades y responsabilidades hacían del tiempo su posesión más excepcional y tanto los compromisos nacionales como internacionales le hacían difícil que pasara mucho tiempo aquí. Sotogrande se ha convertido en parte de él y, a su vez, Antonio Garrigues Walker es el tipo de personas sobre el que se construye su encanto especial.
Un humanista emprendedor
Aunque nació en el seno de una familia de conocidos abogados, Don Antonio ha tenido siempre una visión liberal y humanista de la vida. Tras licenciarse en derecho en la Universidad de Madrid se unió al prestigioso bufete fundado por su padre y su tío, asumiendo la función de liderazgo en 1961 a la relativamente tierna edad de 27 años. Muchos de los clientes del bufete eran grandes empresas multinacionales pero aún así nunca perdió sus principios liberales y en 1982 fundó el Partido Demócrata Liberal.
En una época en la que la incipiente democracia española era aún preciada y vulnerable, contribuyó a un deseo popular de cimentar un sistema parlamentario estable, plural y próspero a través del que pudiera fluir la vida política española sin restricciones y sin los peligros de la polarización. Y este deseo de fortalecer la verdadera posición centrista democrática fue el que motivó la integración de su partido en el Partido Reformista Democrático.
Además de estos compromisos políticos, Antonio Garrigues fue siempre muy activo en el frente internacional, llegando a ser presidente de honor del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) así como miembro activo de una serie de asociaciones intercontinentales diseñadas para fomentar una mayor interacción en los ámbitos del comercio, la inversión, la cultura y la promoción de la paz y la protección de los derechos humanos.
Conectado con Sotogrande
Ustedes pensarán que cuando este personaje verdaderamente prolífico no dedica su tiempo a su profesión o sus responsabilidades públicas disfrutará del tiempo de tranquilidad que tanto se merece, pero aún a sus 77 años este hombre activo y sociable prefiere relacionarse con los amigos o pasar tiempo trabajando en su otra gran pasión: escribir y dirigir obras de teatro. Parece que la única cosa para la que no encuentra tiempo es su amada pesca, pero este año veremos su participación en otra obra de teatro, “El Silencio y la Belleza”, obra escrita por un dramaturgo amateur para actores amateurs.
Un gran apasionado de Jo McMicking y Alfonso Zobel de Ayala, cofundador de Sotogrande, Antonio Garrigues continua la historia de amor de toda su vida con Sotogrande, un lugar que él describe como “maravillosamente abierto, espacioso y bien construido en un mundo de demasiadas zonas turísticas abarrotadas, claustrofóbicas y comercializadas”. Se añaden a esta atracción dos de los mejores campos de golf de Europa, un ambiente social con estilo pero sin pretensiones y unas playas que miran hacia los misteriosos perfiles de Gibraltar y el norte de África.
Cuando le preguntamos si Sotogrande ha cambiado mucho en los 40 años que ha estado viniendo aquí, nos dice: “Por supuesto que ha crecido y hay más gente, pero tiene una infraestructura y unos espacios que los asumen fantásticamente. Sotogrande ya no está en esa fase pionera embriagadora, pero conserva el espíritu de entonces: una forma delicada y elegante de ser que colisiona con el fuerte mercantilismo y las multitudes veraniegas de otras zonas turísticas”.
Habiendo visto su parte de las crisis y los “booms”, Antonio Garrigues reconoce la intensidad de la crisis actual y el hecho de que no haya dejado indiferente a Sotogrande, pero también es especialmente optimista con el futuro de la región. “Como en todos los demás lugares, Sotogrande se ha visto afectada por la crisis, pero éste es el último año de recesión y el principio de un nuevo periodo de recuperación para el que Sotogrande está particularmente bien preparado, gracias a su fantástica infraestructura y sus características que mantienen su atractivo único.
Para leer el artículo completo: Cincuenta años de ‘dolce vita’ en Sotogrande publicado en la revista Fuera de Serie de Expansión pulse aquí.
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