Desde sus inicios la lujosa urbanización de Sotogrande ha estado pensada para mezclar los lujos y servicios más modernos con el encanto de la Andalucía tradicional.
La idea era, y sigue siendo, crear una comunidad a modo de evolución de todo lo mejor que ofrece el estilo de vida de Andalucía. Parte de lo que hace que Sotogrande tenga tanto éxito para lograrlo reside en su proximidad a lo que podría denominarse la “auténtica Andalucía” del campo y naturaleza virgen a tan sólo unos minutos de distancia.
En efecto, la típica “postal” de los pueblos blancos de Andalucía, conocidos en todo el mundo por su belleza y encanto, está cercana a la costa y resulta de fácil acceso, pues estos pueblos conforman un arco desde el Campo de Gibraltar hasta las montañas pintorescas y los parques naturales que conducen a Ronda. El más famosos de ellos es Casares, y afortunadamente para nosotros, este espectacular pueblo declarado Conjunto Histórico-Artístico está a tan sólo 20 minutos en coche de Sotogrande.
Trazado medieval evocador de su pasado árabe
Casares es verdaderamente impresionante, con sus casas blancas encaladas agrupadas bajo las murallas de una fortaleza árabe que domina el horizonte conforme uno se va acercando desde la costa. Sus callejuelas adoquinadas, siguiendo el trazado medieval original de la época de la conquista árabe, evocan tiempos pasados que además nos llevan hasta una serie de monumentos antiguos de las épocas tanto cristiana como musulmana. Las imponentes murallas árabes dominan el pueblo pero en su interior se halla la iglesia católica de La Encarnación, construida en el siglo XVI sobre las ruinas de una fortaleza más antigua.
Un paseo por las calles nos descubre los restos de molinos árabes y dos puertas en arco que datan del mismo periodo, mientras que si prolongamos el paseo por los campos de alrededor descubriremos unas vistas espectaculares al resplandeciente Mediterráneo reluciendo a tan sólo 15 kilómetros de distancia. Así mismo es el lugar perfecto para disfrutar de la naturaleza con una abundante vida salvaje, la cual incluye una colonia de buitres Griffon de Rueppell, águilas planeadoras y aves en su ruta migratoria hacia África que sobrevuelan la zona.
Esta combinación de impresionante arquitectura y belleza natural se da en Sotogrande. El estuario marino protegido del río Guadiaro y el parque natural que se extiende por los alrededores de la urbanización permite que crezca naturaleza junto a modernas promociones de esmerada construcción, lo cual hace de Sotogrande un excelente retiro frente al estrés del mundo moderno.
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