En cuanto se supo que el Tribunal Supremo español había rechazado el PGOU (Plan General de Ordenación Urbanística) – la directiva de planificación que la anterior administración del ayuntamiento de Marbella implementó en el año 2010 – se cuestionó el liderazgo de la ciudad en el resurgir inmobiliario regional.
Desde que comenzó a crecer de nuevo en 2013, Marbella ha sido la estrella brillante del mercado inmobiliario español, un rayo de esperanza que mostró el camino de salida de la recesión. La renovada sensación de incertidumbre sobre el estado de la planificación legal de 16.500 inmuebles ya existentes, actuará como un paracaídas al crecimiento de Marbella a corto plazo – al menos hasta que haya una mayor claridad acerca de cuándo y cómo estos inmuebles se convertirán en legales.
Lo mismo puede decirse de la tierra en desarrollo que de pronto queda en el limbo, dejando a la gente con especulaciones sobre si el precio de los inmuebles y la tierra que están dentro del ahora reinstaurado PGOU de 1986 se dispararán de precio. Parece que, por el momento, nuestro entorno va a experimentar un período de turbulencia leve, cuyo impacto debe ser temporal, aunque municipios circundantes como Benahavís, Estepona y Mijas se beneficiarán del hecho de no tener ningún problema de planificación por resolver.
Lo mismo puede decirse de Sotogrande, donde la claridad de la situación permite a la gente comprar e invertir con total confianza y tranquilidad. Lo que es más, el desarrollo aquí siempre ha estado más controlado y ordenado gracias al hecho de que Sotogrande se basa en un único plan maestro.
La mayor parte del resto de la región costera ha evolucionado de una manera poco sistemática, con urbanistas que frecuentemente han tardado en responder a las realidades de un creciente paisaje urbano.
La disponibilidad de tierras y un plan maestro claro dan a Sotogrande no sólo una gran cantidad de espacios verdes, carriles bici y zonas seguras para que los niños jueguen, sino que también muestra un atractivo entorno residencial con zonas claramente definidas, abundantes ideas para los deportes e instalaciones recreativas, un paisaje natural protegido y una infraestructura de primera clase. No sólo este lujoso resort es una inversión segura sin sorpresas desagradables, sino que se desarrolla, gestiona y mantiene con los más altos estándares – garantizando a Sotogrande una conveniencia y condición de exclusividad únicos.
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