Para muchos, Sotogrande es un lugar único con un atractivo singular construido en gran parte sobre calles amplias y bien cuidadas, amplios espacios para campos de golf, parques naturales y avenidas y calles ajardinadas, por no mencionar un idílico entorno junto al mar, rodeado de una maravillosa naturaleza que se suma a una cosa: calidad de vida.
Sin embargo, para los que conocen bien Sotogrande, la aparente uniformidad de atractivo en sus frondosas zonas residenciales esconde en realidad una variedad de lugares, tipos de propiedades y entornos que se ajustan a diferentes preferencias en cuanto a estilo de vida. Entre las diferentes zonas que conforman Sotogrande, se encuentra la que se considera la mejor dirección de todas.
Si examinamos más profundamente el mercado inmobiliario de la zona, podríamos sentirnos algo confusos, dado que las reglas convencionales que indican que las propiedades con las mejores vistas deberían situarse entre las más caras no son de aplicación aquí. En Sotogrande, las propiedades situadas junto al mar, pero que no gozan necesariamente de magníficas vistas tienen precios más altos por metro cuadrado que las que están situadas un poco más arriba, quizás a solo 8 minutos, y presumen de una panorámica extraordinaria. Ésta singularidad se explica en parte por la proximidad al mar y a otras instalaciones, pero también tiene sus raíces en la forma bastante excepcional en que ha evolucionado Sotogrande.
Playa frente a interior
Formado a partir de cinco enormes fincas que suman un total de 1.800 hectáreas, Sotogrande nació a principios de los años 60 como el primer entorno planificado de club de campo de Europa, con un plan general que permitía la urbanización ordenada de las diferentes zonas residenciales. Y realmente esto es lo que hace que Sotogrande sobresalga del resto ya que, aunque se trata de una zona que tiene la misma superficie que el término municipal de Marbella, sigue siendo espaciosa, organizada, bien diseñada y está dotada de estupendas instalaciones.
Un triunfo del urbanismo planificado en lugar de un urbanismo descuidado. No obstante, Sotogrande tiene muchas características propias, con zonas individuales que ofrecen un ambiente y un estilo de vida diferentes a otras. Básicamente, la urbanización puede dividirse en Sotogrande Costa (la zona entre la autovía de la costa y el Mar Mediterráneo) y Sotogrande Alto, la parte que se extiende desde la autovía hacia el interior. Dentro de ésta última, lo que se conoce como Sotogrande Alto es la zona situada entre la parte sur de la carretera nacional y el pueblo de Castellar, y la zona que se encuentra al norte de esta carretera se conoce como La Reserva.
Sotogrande Costa
Entre las zonas originales que se desarrollaron a mediados de los 60, estaba la parte más cercana al mar, en el Paseo del Parque y sus alrededores, que se extiende desde la desembocadura del río Guadiaro hasta el alcornocal protegido de la Finca Guadalquitón. Construida alrededor del Real Club de Golf Sotogrande, el primer club de golf club de la Costa del Sol, estaba compuesta por parcelas de entre 2.000 y algo más de 3.000 m2, ubicadas en terreno perfectamente llano. Caracterizada por amplias calles bordeadas de palmeras, con espacios diseñados para ciclistas y peatones, esta zona, conocida como “Reyes y Reinas” (las calles llevan el nombre de reyes y reinas de la historia) se convirtió pronto en la dirección preferida de Sotogrande.
Esta zona alrededor del simbólico Real Club de Golf Sotogrande, arrastrada por un clásico ambiente de club de campo americano, con fácil movilidad, cerca del campo de golf y del Cucurucho Beach Club y el Racquet Centre, se convirtió en el lugar preferido donde muchas de las más ilustres familias españolas construyeron sus elegantes residencias veraniegas. Las calles Fernando el Santo y Felipe II se llenaron de mansiones millonarias donde algunos compraron por lo menos cinco parcelas y hasta 12.000 m2 de terreno para garantizar su amplia privacidad.
Dentro de esta zona altamente demandada, la crème de la crème son las casas con vistas al campo de golf, las que dan al parque en el Paseo del Parque y sobre todo las que miran al río. Aquí la peculiaridad (algunas propiedades llevan perteneciendo a las mismas familias durante décadas) y la competencia por este lugar prestigioso puede hacer que los precios sean el doble de lo normal dentro de lo que ya es una de las zonas más caras de Sotogrande.
Villas en venta en Real Club de Golf Sotogrande